El lío financiero en que nos encontramos fue creado con la implementación de Breton Woods. Es una desgracia escuchar a algunas personas argumentar que una implementación de un nuevo Breton Woods sería la solución, cuando de hecho eso es la idea propuesta por Lyndon LaRouche un norteamericano que aparentemente pensó en eso en los siete años que estuvo encarcelado. Cuando son precisamente las decisiones de Franklin Delano Roosevelt y la implementación de Bretón Woods la razón que nos encontramos en todo este enredo en primer lugar.
Por cientos de años, el oro fue utilizado como moneda circulante y para saldar deudas entre naciones. Los billetes se originaron como certificados de depósitos para el oro y su primo, la plata.
Sin embargo, el presidente Franklin Delano Roosevelt cambió las reglas. Es interesante saber que el actual presidente de Estados Unidos es un primo lejano de Roosevelt. Bajo órdenes del Sr. Roosevelt se prohibió a los ciudadanos estadounidenses tener oro y plata, y tuvieron que entregarlo al gobierno bajo amenaza de una multa de $100,000 y diez años de prisión. De hecho, Roosevelt confiscó todo el oro en los Estados Unidos (a excepción de monedas raras que fueron exentas) y por los próximos 41 años, poseer oro fue constituido como un crimen para los ciudadanos norteamericano. Además de ser un hecho espantoso que se escapa la imaginación del porqué, en un país supuestamente democrático su gente permitió siquiera ser subyugados a tal tiranía, esta indignante incautación fue ignorada por otras naciones civilizadas, que continuaron resolviendo sus deudas con oro. Lastimosamente eso cambió después de la Segunda Guerra Mundial, cuando se creó un nuevo sistema conocido como el Sistema de Bretton Woods (nombrado en honor de la ciudad en donde se llevó a cabo la conferencia).
Fue bajo este tratado de Bretton Woods, que el dólar de EE.UU. fue designado como la moneda de reserva del mundo, substituyendo el oro. Se estableció un sistema de cambio de tarifas fijas entre las monedas. Solamente el dólar era convertible al oro, y solamente por los bancos centrales extranjeros. Otro tipo de circulación podía ser convertido a dólares en tarifas fijas. Debido a que las monedas extrajeras fluctuaban en valor unas a otras, en su práctica, las tarifas de intercambios tenían que ser ajustadas continuamente.
En el principio de este nuevo sistema los países europeos experimentaron una “seria escasez del dólar” para realizar negocios sin tener suficientes reservas de dólares. Estados Unidos tomó una medida audaz, que en retrospectiva podría ser considerada una movida fraudulenta, puesto que inundó a Europa con dólares (a costa de los contribuyentes estadounidenses) en forma de ayuda exterior y préstamos. Esta es la misma estrategia que se ha venido utilizado para mantener a los países de América Latina endeudados por más dinero cada vez. Es de vital importancia entender esta realidad, ya que debido a este hecho es que cuando un préstamo por 100,000 millones de dólares es suministrado a una nación del Tercer Mundo, sus monedas sufren una desvaluación tal en pocos días que si un país decidiera entregar de vuelta el préstamo otorgado o la supuesta asistencia de los Estados Unidos, al tratar de cambiar su moneda a dólares después de unos cuantos días les costaría tanto más que el doble. Debido a que bajo el sistema de Bretton Woods las monedas son devaluadas, cada vez que toman más dólares. Por tanto los Estados Unidos usa el mecanismo de “las supuesta asistencia financiera por medio de sus agencias de Desarrollo para mantener el fraude de naciones. Fue usando este mecanismo que dio como resultado una inflación masiva de alta escala tanto en Europa como en Japón, de la cual Japón jamás se pudo recuperar. Como ejemplo se puede citar que en Japón llego al punto que un lote de terreno 4 x 8 en el centro de Tokio – el tamaño de una mesa de comedor – llegó a costar US$1 millón de dólares.
Después de una inundación de devaluaciones inevitables, la situación fue invertida y los dólares se supervaloraron. Esto le permitió a Estados Unidos importar más de lo que exportaba, pagando siempre importaciones cada vez mayores, con certificados de valores creados de la nada. De modo que, la Nota de la Reserva Federal (el dólar) es impresa en cantidades masivas simplemente imprimiendo más certificados ”pagarés”, convenientemente llamados “seguridades” las cuales son vendidas como inversiones clamando que no hay moneda más segura que el dólar, pero de hecho cuando la gente deje de comprar esos bonos el dólar deja de tener valor absoluto.
Según explica Richard Duncan en su libro más reciente, La Crisis del Dólar: Causas, Consecuencias, Cura, 'Bajo este arreglo, los estadounidenses no tienen que ahorrar porque pueden seguir usando crédito y sin tener que cumplir el oneroso requisito de producir primero para consumir después. Su consumo se recompensa con un endeudamiento cada vez mayor del sector privado y del FED para los extranjeros. Este estado de situación es insostenible y llegará al final con un colapsó inevitable del dólar. La caída será muy profunda y aún si logra evitar el desfalco completo caerá entre 80% a 90% de su valor. Asi debe quedar establecido y muy claro que no existe absolutamente nada en este mundo que pueda salvar a los estados Unidos del colapso económico ya que su deuda actual sobrepasa los 500% de su GNP.
La simple y trágica realidad para el rudo despertar del mundo es que, es solamente una cuestión de tiempo antes de que Estados Unidos no sea solvente.
Este sistema no es otra cosa que una “LOCURA”. La situación es verdaderamente tan absurda y extraña. Mientras que el gobierno de EE.UU. ha mantenido el dólar débil, para que sus ciudadanos puedan consumir cada vez más sin ahorrar, gracias a los extranjeros que compran la deuda de EE.UU. Al mismo tiempo, ha sido del interés de China, Japón, Rusia, y otros gobiernos comprar la deuda de EE.UU. para mantener débil su propia moneda y sus productos baratos, permitiendo a los estadounidenses comprar bastante mercancía de ellos, creando explosiones económicas. Pero, todo esto no es mas que un espejismo, una simple ilusión.
Según explica Duncan, "En 2001, el exceso de la China con EE.UU. era igual al 7% del GDP de la China. El crecimiento del GDP de la China este año fue de 8%. Sin su exceso comercial con EE.UU., la economía de la China habría crecido a un paso más lento – si acaso". En 2003, el déficit de cuentas de EE.UU. "era el equivalente de casi el 2% del GDP global. Para poner eso en perspectiva, el GDP global creció por menos del 2% el año pasado. De modo que, si no hubiese sido por el déficit económico de EE.UU., la economía global se hubiese contraído realmente".